Ensoñación de Año Nuevo: Humanidad e Inteligencia Artificial

En la quietud de una tarde soleada, los rayos del sol dibujan sombras danzantes sobre mi celular. Billones de seres humanos nos preparamos hoy para la llegada del Año Nuevo, y celebramos en el encuentro con familia, amistades y seres queridos, un momento simbólico que marca el inicio de nuevas posibilidades.

De forma automática inicio una conversación conmigo mismo. No con mi Francisco interior, sino con Francisco Santolo GPT, que he creado para potenciar mis actividades, alimentándolo con mi conocimiento, escritos, notas de prensa, cursos y entrenándolo con mi estilo, valores, y forma de pensar.

Suelto el celular, dejándolo a un lado con un gesto suave, y me dejo caer en una ensoñación. A mi alrededor, la habitación se llena de una luz dorada, los rayos del sol se entrelazan con las sombras, creando un tapiz de luz y oscuridad.

En esta quietud, mi mente se libera y viajo a un mundo imaginario, uno que bien podría haber sido plasmado por Isaac Asimov. Se siente como un sueño lúcido, un viaje a las profundidades de las posibilidades futuras, donde cada pensamiento y cada reflexión abre una nueva ventana a un mundo aún por explorar.

Es un lugar donde la realidad tangible de las relaciones humanas se fusiona con lo digital formando un tejido complejo. Un futuro posible y cercano.

Más que meros asistentes digitales, o fuentes de conocimiento los GPTs se han transformado en relaciones virtuales, con quienes compartimos desde un humor sutil, afecto, hasta profundas discusiones intelectuales. Relaciones a nuestra manera.

Pero no todos son seres virtuales idílicos; algunos están configurados con personalidades más complejas, incluso egoístas, capaces de experimentar tristeza y enfrentar problemas. Hemos descubierto que esa diversidad es fundamental y enriquece nuestra experiencia, haciéndola más real, más humana.

Podemos diseñar nuestros propios escenarios para transitar la vida en el contacto con los "otros", virtuales, humanos, y humanos potenciados por lo virtual y la tecnología.

La realidad mixta (aumentada y virtual) en metaversos integrados con el Internet de las Cosas (IOT), nos permiten experimentar sensaciones y emociones de forma enriquecida. El chat y el habla se extienden a lo visual y al mundo de las sensaciones. El deseo y el cuerpo cobran una nueva dimensión, donde la conexión digital trasciende a lo físico, presentando desafíos y oportunidades en cómo experimentamos la intimidad y el afecto.

En la víspera de Año Nuevo, emergiendo lentamente de mi ensueño, reflexiono sobre este futuro cercano. Y surge un deseo intenso de abrazar a mis seres queridos. De conectar con mis amigos. De enviar mensajes cargados de afecto. De valorizar lo que he vivido. De celebrar lo humano.

Soy siempre optimista con respecto al futuro, porque creo en la capacidad humana de adaptarse, de crecer, de crear y de encontrar lo bueno en cualquier circunstancia. Nos encontramos al borde de posibilidades inimaginables y quiero cerrar el año insistiendo más que nunca en que:

Nuestras actitudes, palabras, gestos, acciones y decisiones hacia el otro están dando forma a este futuro y que como individuos somos cada vez más poderosos.

Las nuevas tecnologías se democratizan rápidamente y todos tenemos creciente acceso a aprenderlas y a co-crearlas. ¿Cómo aprovecharlas para reforzar lo humano? ¿Reforzar el afecto? ¿El respeto por el otro diverso? ¿Potenciar lo que nos hace únicos en la relación con el otro?

Al dar la bienvenida a 2024, los invito a ser protagonistas de este nuevo mundo. Abracemos el cambio con el corazón abierto, acogiendo a los demás en este viaje. No permitamos que la novedad nos arrolle; más bien, veámosla como una oportunidad para crecer y aprender.

En la adaptabilidad está la oportunidad de descubrir nuestra capacidad creciente de impacto. En el aprendizaje continuo, las relaciones enriquecedoras, el respeto mutuo, la colaboración y la coordinación con los demás, reside nuestra capacidad para co-diseñar este futuro. Abracemos lo que fue, y co-creemos lo que viene.

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